Jane Austen ¿la primera feminista verdadera?

Hace 200 años, el 18 de julio de 1817, en el condado de Hampshire (al sur de Inglaterra), murió una mujer que se liberó de una vida mustia, a través de la literatura.

La hija del sacerdote anglicano George Austen y su mujer, Cassandra, nunca salió del condado donde nació, más que a través de los libros de la biblioteca de su padre, y de las novelas que escribió.

 

  • Sentido y sensibilidad (1811)
  • Orgullo y prejuicio (1813)
  • Mansfield Park (1814)
  • Emma (1815)
  • La abadía de Northanger (1818)
  • Persuasión (1818), su obra póstuma

 

Su obra más famosa (Orgullo y prejuicio), así como la anterior, la editó con seudónimo, para no molestar con su nombre de mujer.

Jane Austen murió sin gloria, soltera y sin hijos. Era la séptima hija, siendo ella y su hermana Cassandra las únicas mujeres de 8 hermanos. Ni Jane ni Cassandra Austen se casaron nunca.

La educación de la mujer, en su tiempo, consistía en enseñarle a cumplir con sus cometidos de esposa y madre, y obedecer a su marido. Desde sus novelas, Jane Austen predicó a favor de una educación “liberal” para la mujer, liberal para aquella época, claro.

Jane consideraba que la falta de sensatez imperante al no permitirle a la mujer la elección de un futuro favorable para ella, representaba un gran riesgo para la convivencia conyugal y la vida social en general.

La ironía que emplea para darle un tono de comicidad a sus libros, hace que sea considerada entre los «clásicos» de la literatura inglesa. Para mucha gente, Jane Austen es sinónimo de novela rosa, pero se equivocan.

Aunque el matrimonio, o más bien el acceso al matrimonio, es un elemento importante en sus obras, Jane lo utiliza como base para radiografiar la conducta de hombres y mujeres de toda edad y condición, con sus virtudes pero, sobre todo, con sus defectos. La escritora hace un descarnado análisis psicológico de la hipocresía, el orgullo mal entendido, los prejuicios, la debilidad de carácter y el miedo.

El conocimiento de Jane acerca de la psiquis masculina era formidable, y eso fue mucho antes de Sigmund Freud.

Por su parte, las heroínas son mujeres fuertes, inteligentes e ingeniosas, que no están dispuestas a renunciar a su personalidad, o a sus principios, con el único objetivo de casarse, y terminan enamorando y enamorándose de hombres que saben apreciar y respetar dichas cualidades.

Alrededor de estas protagonistas, Jane nos muestra una serie de personajes que enriquecen sobremanera el mosaico psicológico de sus obras: padres egoístas, madres chismosas, ricos orgullosos, clérigos poco caritativos, etc.; tipologías que se siguen repitiendo en nuestros días

Precisamente, por centrar sus obras en el tema del matrimonio, Jane Austen ha recibido críticas negativas por parte de sectores feministas, que quizás no la hayan entendido o, muchas veces, siquiera leído. Porque las protagonistas de sus libros exigen siempre ser tratadas como criaturas racionales, tan capaces y dignas de respeto como cualquier hombre. Si la búsqueda de marido es una fuente de preocupación para ellas es porque, en aquella época, una mujer que no tuviera recursos económicos propios, ni herencia, no tenía más opción que el matrimonio o el convento para poder subsistir, y Jane denunció esta injusticia en cada uno de sus libros.

La pequeña mesa redonda del comedor en la que Jane Austen escribió sus famosas novelas, sigue conservando un halo de misterio. A la escritora le gustaba ese lugar, al lado de la chimenea, porque la puerta chirriaba: señal de que tenía que esconder rápidamente sus manuscritos en el escote.

Jane era conocida como la «señorita que escribe», y sobre ella aún se generan numerosos mitos. Con motivo del 200° aniversario, en su casa natal, el Jane Austen’s House Museum, del condado de Hampshire, así como en otros lugares, sigue buscándose a la «verdadera» Jane Austen, que hoy en día es más popular que nunca desde su muerte.

En el fondo, nada ha cambiado en estos 200 años. En el mundo sigue habiendo hipocresía, orgullo, prejuicios, falta de caridad con el prójimo, envidia, etc. y, mal que nos pese, aunque ahora las mujeres podemos permitirnos elegir si casarnos o no, gracias a nuestra independencia económica, la sociedad, aunque no lo diga en voz alta, no ve a las solteras como mujeres que han decidido serlo, sino que no han podido “pescar marido” y, por esa razón, sus vidas y ellas mismas son “incompletas”.

Aún hoy, los libros de Jane Austen nos siguen hablando de las dificultades de las mujeres por ser consideradas seres inteligentes. y en nada inferiores a los hombres, una lucha que está lejos de haber terminado.

Como dice en “Orgullo y prejuicio”, “la vanidad y el orgullo son cosas diferentes, aunque las dos palabras a menudo se empleen como sinónimos. Una persona puede ser orgullosa sin ser vana. El orgullo se identifica más con la opinión que tenemos de nosotros mismos, y la vanidad con lo que deseamos que los demás piensen de nosotros”.

 

 

DOS NOTICIAS DOS

 

  • Reeditarán las mejores novelas de Jane Austen a 200 años de su muerte. La nueva edición se destacará por una colorida portada.

De esta manera, nuevamente llegarán a las librerías aquellas tramas novelescas caracterizadas por la descripción de la psicología de los personajes, el bosquejo de retratos íntimos y los pormenores de la vida doméstica.

 

  • El Banco de Inglaterra presentó un nuevo billete de 10 libras (unos 11,40 euros) con el rostro de Jane Austin, al adaptar un dibujo realizado por su hermana Cassandra. La escritora desplaza así -de ese billete- a Charles Darwin.

Entrará en circulación el próximo 14 de septiembre y contará –por primera vez- con una característica táctil a fin de ayudar a las personas no videntes. Pero tampoco estará exenta la polémica, ya que está fabricado con el mismo material con el que se elaboró el de 5 libras, que contiene trazos de grasa animal en los polímeros usados en su base. Esto mismo provocó el año pasado la indignación de la comunidad vegana y de algunos grupos religiosos.

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